Cómo elegir el tipo de envase de alimentos

Actualmente el mercado presenta un tipo de embalaje para los más diversos productos, por eso el gran desafío de la industria de alimentos y bebidas es, ante tantas opciones, elegir aquella más adecuada al ítem a ser comercializado. Las opciones disponibles pasan por el plástico, vidrio, aluminio, espuma de poliestireno, papel, entre otros - recordando que cada uno de estos materiales tiene sus puntos fuertes y débiles.

"Para elegir el material de embalaje adecuado para alimentos y bebidas, tenemos que entender cuál es el tipo de protección que ese producto específicamente necesita. "Es necesario analizar si requiere una barrera a la humedad, aromas, aire, luz o grasa", destaca la directora del Instituto de Embalajes, Assunta Camilo.

Para ello, es necesario considerar algunos factores, como si el producto en cuestión se rompe con facilidad, se puede perforar el embalaje, si es muy ácido, en qué condiciones debe ser almacenado, etc. Otro cuidado con el tipo de embalaje se refiere a las tintas de su impresión, que no podrán contener metales pesados.

Recordando que la elección equivocada del tipo de envase puede tener consecuencias para la industria, como aclara la directora del Instituto de Embalajes:

"Esta decisión impacta en la reducción de vida en el estante del producto, debido a la pérdida de sabor, olor, crocancia, color y deterioro, habiendo, en algunos casos, hasta riesgos para la salud del consumidor", puntualiza.

Y para ayudar en esta decisión y para que su industria haga la diferenciación correcta, vamos a mostrar los tipos de envases y para qué alimentos y bebidas se destinan. ¡Compruebe!

Materiales y tipo de embalaje

Cartón corrugado

Este es un tipo de embalaje recomendado para prácticamente todos los alimentos. El uso del cartón corrugado es grande en los casos de embalaje de transporte. Dentro de esta categoría está, también, el papel cartón, indicado para embalar productos que serán cocidos después y que necesitan estar en pie en la góndola del supermercado, como, por ejemplo, pastas frescas.

Vidrio

El vidrio es uno de los materiales más antiguos en uso para embalar alimentos. Es inerte, lo que lo hace útil en el envasado de innumerables tipos de alimentos y bebidas, que van desde agua hasta otros bastante ácidos, como salsas de tomate y conservas en general. Si está bien sellado, el vidrio garantiza la protección del producto durante largos períodos de tiempo. Se pueden destacar los vidrios oscuros para el almacenamiento de líquidos sensibles a la luz, como aceites, cervezas y vinos; y los transparentes, que tienen un atractivo más visual, por permitir al cliente visualizar el producto antes de la compra.

Acero

El acero se recomienda para aquellos productos que necesitan almacenamiento por largos períodos, como vegetales y jugos concentrados. Por ser un material impermeable, promueve barrera a la luz y al oxígeno, y también es inviolable.

Plástico

El plástico, en general, tiene propiedades que lo hace propio para embalar cualquier producto, debido a su ligereza y versatilidad. Lo que es necesario, en este caso, es identificar el tipo de plástico adecuado para ese alimento específico, para que se garanticen sus características originales hasta la llegada al consumidor. Otro punto destacable de ese material es su densidad, que podrá ser mayor o menor, dependiendo del producto al que se destina. El plástico es el sustituto natural del vidrio y del acero.

Aluminio

El aluminio ofrece una protección a alimentos no tan sensibles, lo que lo hace eficaz para el embalaje de conservas en general y de bebidas carbonatadas, como refrigerantes y cervezas.

Espuma de poliestireno

La espuma de poliestireno (EPS) es poco común en los estantes de los supermercados, sin embargo, es ampliamente utilizado en la industria, sobre todo para almacenar y transportar alimentos frescos, como pescado, debido a su capacidad de aislamiento térmico. Cabe resaltar que este tipo de embalaje es completamente impermeable y resistente a la acción de bacterias y microorganismos.