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Precio del pollo puede ser afectado con tributación por corte, dice especialista
Abogado Tributado habla sobre como la industria debe tratar con la modificación de la NCM de pedazos congelados de pollo y evitar perjuicios en la producción y venta de la proteína.
Con la modificación de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM) de pedazos y congelados de pollo, la industria de proteína animal será afectada en diversos aspectos. Esos impactos se deben sentir desde los frigoríficos hasta la casa de los consumidores.
Uno de los cambios más importantes debe suceder en la variación del precio del pollo, que puede ser positiva o negativa, dependiendo del corte y de la tributación abarcada.
“Con el cambio en las NCMs y la posible variación en las alícuotas tributarias, el costo de algunos cortes de pollo puede aumentar o disminuir”, explica Fabrício Tonegutti, especialista en inteligencia tributaria y director de Mix Fiscal, en entrevista exclusiva al Food Connection.
“Eso puede tener reflejos en el precio final de los productos en las estantes de los supermercados y carnicerías”, complementa el especialista.
Cambios en la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM)
Con el cambio, los cortes pasan a tener 14 nuevos códigos. Anteriormente, todo se concentraba en una única NCM. Con eso, hay modificaciones importantes en el proceso productivo, en la tributación, en la exportación y en la venta para el mercado interno, entre otras etapas.
“El cambio exige que cada corte de pollo congelado se clasifique con su propio código NCM, lo que impacta directamente el registro de productos y el cálculo tributario”, dice Tonegutti.
Las modificaciones deben tener impactos significativos para frigoríficos y carnicerías, entre esos impactos hay cambios en la precificación y en la competitividad. Puede haber “variaciones en el costo de los cortes de pollo” y afectar “la precificación final para el consumidor”, según el especialista.
Puntos positivos
Pero también hay puntos positivos, como la perspectiva de una tributación más precisa y mejor fiscalización por parte del gobierno. En el ámbito de los negocios, también puede haber beneficios relacionados a la mayor eficiencia en la separación de las partes para ventas para el mercado específico, que demandan cortes específicos.
“La desagregación de las NCMs puede permitir un abordaje más direccionado hacia los mercados extranjeros. Por ejemplo, los exportadores pueden identificar demandas específicas para determinados cortes de pollo en ciertos países y ajustar su estrategia de exportación de forma más precisa”, explica Tonegutti.
Recomendaciones para la industria
Para evitar problemas con las autoridades, el especialista destaca la necesidad de que los agentes involucrados sean proactivos, “garantizando el mantenimiento del registro de productos, actualizando diariamente, ya que todo cambia el tiempo entero”. Además, él pide que los agentes entrenen a sus equipos para la readecuación de los productos.
La principal recomendación de Tonegutti para los frigoríficos y carnicerías es “hacer una minuciosa revisión de los registros y rutinas tributarias, garantizando que los cambios se implementen correctamente. Eso va a minimizar riesgos fiscales y permitir una adaptación tranquila a las nuevas exigencias”.
Lea la entrevista completa con Fabrício Tonegutti, especialista en inteligencia tributaria y director de Mix Fiscal.
¿Cuáles son los principales cambios en la modificación de la Nomenclatura Común del Mercosur (NCM)?
Los principales cambios en la NCM de los cortes de pollo congelados abarcaron la desagregación de un único código NCM a diversos códigos, resultando en una mayor especificación de cada corte.
Antes, todos los cortes de pollo congelados estaban clasificados en una única NCM (generalmente 0207.14.00). Pero, a partir de agosto, la nueva clasificación pasó a detallar los cortes en 14 NCMs distintos.
¿Qué cambia en la práctica para quien produce y vende carne de pollo?
El cambio exige que cada corte de pollo congelado se clasifique con su propio código NCM, lo que impacta directamente el registro de productos y el cálculo tributario.
En esa cuestión de la tributación, cada NCM puede estar asociada a distintas alícuotas de impuestos como IPI, PIS y Cofins, y hasta el ICMS, dependiendo de la región. Por eso, la tributación puede variar de acuerdo con el corte específico, haciendo con que sea esencial el mantenimiento correcto de las alícuotas.
Las empresas minoristas y mayoristas precisan actualizar sus registros de productos para evitar el pago incorrecto de impuestos y posibles multas del fisco.
Las facturas de entrada y salida ahora deben contener la nueva NCM correspondiente a cada corte de pollo, exigiendo atención extra en el llenado de esas informaciones.
Esos cambios representan un intento de hacer con que la tributación sea más precisa y permitir una mejor fiscalización por parte del gobierno. Para garantizar que su empresa esté de conformidad, es fundamental mantener los registros actualizados y verificar las alícuotas aplicables a cada nuevo código NCM.
Cortes que tuvieron un cambio |
Las modificaciones recientes en la NCM contemplaron los siguientes cortes: 1. Pechuga de pollo 2. Muslo de pollo 3. Sobremuslo de pollo 4. Alas de pollo 5. Filete de pollo 6. Medio del ala (drumette) 7. Punta del ala 8. Corazón de pollo 9. Molleja 10. Hígado 11. Carne mecánicamente separada 12. Pies y Patas 13. Además de los demás no citados que se encuadran en la clasificación de "otros" |
¿Cuál es el impacto para frigoríficos y carnicerías?
El cambio en la NCM de los cortes de pollo congelados tiene impactos significativos para frigoríficos y carnicerías. Uno de ellos es la necesidad de actualización registral. Frigoríficos y carnicerías tendrán que actualizar el registro de sus productos, separando cada corte de pollo con la nueva NCM correspondiente. Eso exige una revisión completa del sistema de gestión de la existencia y de las etiquetas de productos.
Otro punto está relacionado al cambio en las facturas de venta y compra, que precisarán contener la NCM correcta para cada corte de pollo, lo que hace con que el proceso de emisión sea más complejo. La falta de actualización puede resultar en inconsistencias fiscales y posibles penalidades.
También es preciso estar atento a las alícuotas de IPI, PIS, Cofins e ICMS, que pueden variar de acuerdo con la nueva NCM. Eso puede impactar los costos y los precios de venta, exigiendo una reevaluación del margen de beneficio para cada tipo de corte.
Hay aún riesgos de fiscalización y penalidades. La falta de actualización o error en la clasificación puede resultar en actuaciones fiscales y multas. El fisco está cada vez más atento a las clasificaciones incorrectas, y una tributación equivocada puede generar problemas legales y financieros.
y sobre la cuestión de la precificación, ¿puede haber cambios? ¿El pollo quedará más caro?
Se espera, sí, un impacto en la precificación y en la competitividad. Con el cambio en las alícuotas, frigoríficos y carnicerías pueden ver variaciones en el costo de los cortes de pollo, lo que puede afectar la precificación final para el consumidor. En un mercado competitivo, es importante ajustar los precios para garantizar márgenes de ganancia adecuados.
De la misma manera, para el consumidor, los cambios en la NCM de los cortes de pollo congelados pueden tener algunos impactos a observar, como posibles cambios de precio.
Con el cambio en las NCMs y la posible variación en las alícuotas tributarias, el costo de algunos cortes de pollo puede aumentar o disminuir. Eso puede tener reflejos en el precio final de los productos en las estantes de los supermercados y carnicerías. Por ejemplo, cortes que pasaron a tener una tributación más alta pueden pasar a ser más caros, mientras cortes con menor tributación pueden pasar a ser más accesibles.
¿Además del cambio en la venta en el mercado interno, hay alguna modificación para la exportación?
Sí, los cambios en la NCM de los cortes de pollo congelados también pueden impactar la exportación en lo que hice respecto a la reclasificación de los productos destinados al mercado externo. Así como en el mercado interno, los frigoríficos y exportadores precisan actualizar la clasificación de los cortes de pollo con las nuevas NCMs. Eso es esencial para garantizar que la documentación aduanera esté correcta y para evitar problemas en la liberación de las mercaderías en los países de destino.
Cada país tiene sus propias reglas y tarifas de importación con base en las NCMs o códigos armonizados (HS Code). Con el cambio en la clasificación de los cortes de pollo, puede ser necesario renegociar o revisar acuerdos comerciales para garantizar que los productos sigan atendiendo los requisitos aduaneros y tributarios de los países de destino.
La nueva NCM puede modificar las tarifas de exportación, dependiendo de los acuerdos comerciales que están en vigor entre Brasil y el país importador. Eso puede afectar la competitividad del producto brasileño en el mercado internacional, haciendo con que algunos cortes sean más caros o más baratos para los importadores extranjeros.
Además, documentos como el Certificado de Origen, Declaración de Exportación y otros certificados sanitarios se precisarán actualizar con las nuevas NCMs. Una clasificación incorrecta puede causar atrasos en las exportaciones, multas y hasta el rechazo de las mercaderías en puertos extranjeros.
Exportadores que no se adapten rápidamente a las nuevas NCMs pueden enfrentar desafíos logísticos, como mercaderías retenidas en puertos o aeropuertos debido a problemas de documentación. Eso puede aumentar los costos y perjudicar la reputación de la empresa ante los clientes extranjeros.
Pero hay puntos positivos también. La desagregación de las NCMs puede permitir un abordaje más direccionado hacia los mercados extranjeros. Por ejemplo, los exportadores pueden identificar demandas específicas para determinados cortes de pollo en ciertos países y ajustar su estrategia de exportación de forma más precisa.
¿Cómo actuar para la adecuación rápida a esos cambios?
Los cambios en la NCM de los cortes de lo pollo congelados tienen un impacto amplio y requieren un abordaje estratégico y detallado para garantizar que la empresa siga estando de conformidad con legislación fiscal y competitiva en el mercado.
Resumiendo, la principal recomendación para los frigoríficos y carnicerías es hacer una minuciosa revisión de los registros y rutinas tributarias, garantizando que los cambios se implementen correctamente. Eso va a minimizar riesgos fiscales y permitirá una adaptación tranquila a las nuevas exigencias.
La clave es ser proactivo, garantizando el mantenimiento del registro de productos, actualizado diariamente, ya que todo cambia el tiempo entero. Entrenar al equipo y contar con apoyo especializado es el secreto del éxito.